domingo, 11 de noviembre de 2007

El fútbol se viste de luto

Esta semana lamentablemente sólo puedo hablar de la bochornosa jornada de liga del Calcio. A mediodía una horrible noticia teñía de luto el mundo del fútbol, un joven aficionado de la Lazio moría en una pelea entre ultras de su equipo y la Juventus al atravesarle una bala disparada accidentalmente por un policía. A esta pésima noticia se le irían uniendo una serie de sinsentidos a lo largo del día, que no hacen sino que en momentos así, los que de verdad vivimos esto del fútbol como lo que es, sólo podamos sentir una terrible vergüenza y rabia.

Vivir el fútbol con pasión nunca debería hacernos perder el norte sobre lo que de verdad significa este deporte, como cualquier otro. El deporte es un juego, sí, pero un juego que llena de esperanza a mucha gente. Es símbolo de la capacidad humana de superación. Pero por encima de eso el deporte crea lazos y vínculos, más aún cuando hablamos de un deporte de equipo. Al campo vamos a pasar 2 horas de diversión, a vivir con pasión algo que sentimos, a cantar, a reirnos, a veces a sufrir, en definitiva, a sentir algo que nos une, porque la persona que tenemos al lado, que grita y canta como nosotros, no es un enemigo sea del equipo que sea, es alguien que comparte nuestra afición.

Pero hay personas que cegados de una estúpida obsesión por unos determinados colores, ve esto como una forma de saciar su ira y rabia mediante provocaciones y actos violentos. Entonces el fútbol deja de ser fútbol, pasa a ser un mero sinsentido que provoca en ocasiones dramáticos acontecimientos. Y de algo tan absurdo como trágico, sólo salen preguntas a las que nadie puede responder, ¿cómo se dispara una pistola sóla al cuello de un aficionado? ¿cómo dos aficiones qué ni siquiera juegan ese día entre sí se enzarzan en una pelea? ¿cómo puede ser un partido suspendido por un grupo de hinchas y no por toda una federación qué tendría que velar ante todo por la seguridad de jugadores y aficionados? ¿qué objetivo o fin puede tener después destrozar comisarías o asaltar el comité olímpico? Ahora la respuesta a todo eso da igual, ahora el fútbol no importa, porque unos indeseables se empeñan en malinterpretar lo que lleva consigo la palabra deporte

Hoy no se es de la Lazio, ni de la Juve, ni del Inter. Hoy todos somos un poco Gabriele Sandri, un joven al que le quedaba toda la vida por delante y que la ha perdido precisamente en algo que sólo debería conceberse para alegrarnos un poco más la vida, ir a un campo de fútbol. Descanse en paz

1 comentario:

elkonejito dijo...

Esperemos que el fútbol italiano aprenda de sus errores, como todos aprendemos. Ánimo para la familia del chaval.